HISTORIA
El Tambo es uno de los
siete cantones de la Provincia del Cañar, geográficamente inserto en un
valle del mismo nombre. Es el más septentrional de todos los cantones,
limitando al norte con una parte de la parroquia Juncal, al sur con la
cabecera cantonal de Cañar y con una parte de la parroquia Honorato
Vázquez, al oriente con la parroquia Ingapirca y al occidente nuevamente
con Juncal. El Tambo se encuentra a 2.500m sobre el nivel del mar., por
lo que su clima es frío (tiene una temperatura media de ll,5 º C.) y en
cuanto a extensión probablemente es el mas pequeño de todos los
cantones del Cañar, con unos 564 km2 de superficie.
Este
cantón destaca en agricultura sus tierras feraces son de las mejores de
la provincia para el cultivo de papa, maíz, ocas, mellocos y otros
cultivos nativos, así como para el trigo, cebada y granos. Asimismo las
praderas son aptas para la ganadería, contando con buenas haciendas
destinadas a la cría y explotación de ganado vacuno.
La
riqueza arqueológica de El Tambo, a pesar de su pequeña extensión
territorial, es excepcional, destacando Coyoctor denominado "un recinto
sagrado", recostado en las faldas del gran murallón del Nudo del Azuay,
el complejo arqueológico de Coyoctor se ubica en la parte meridional de
El Tambo, con un entorno y topónimos que nos recuerdan los inmemoriales
cultos cañaris.
Al norte la pequeña
cadena montañosa Achupilla - pungu (en español "Puerta de las
achupillas), que nace en las proximidades de la montaña de Yanacauri y
avanza de oriente a occidente para formar el farallón de Yutuloma,
terminando en Huairaloma, a la diestra del rió Cañar.
De
Coyoctor los testimonies arqueológicos más importantes serían:
Yanacauri, montaña sagrada del culto cañari, como el Abuga en Peleusí de
Azogues; los llamados Baños del Inca, probablemente son las
construcciones más antiguas, de tiempos de nuestros antepasados,
destinadas a los cultos ancestrales, primordialmente del Sol y de la
Luna y a festividades vinculadas con el agro; el adoratorio cañari y por
último el observatorio de los cuerpos siderales. Coyoctor, igual que
Abuga, aguarda una investigación concienzuda de los arqueólogos para que
desentrañen sus arcanos.